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El viaje

Una mala experiencia en una sesión de fotos fue la que hizo que desistiera hace algún tiempo de tener alguna foto mía bien hecha. A la cualidad de ser poco o nada fotogénica, se sumó la de dar con un fotógrafo que parecía vivir en épocas pasadas, haciendo que el álbum de fotos que me dio acabara directamente en la basura. Sin más.

 

En una de esas búsquedas continuas de crecer en el campo de la fotografía, di con uno de los maravillosos cursos de Jackie Rueda, parecía que estuviera hecho para mí: Autorretrato, viaje al centro de ti misma. Así que sin pensarlo dos veces me matriculé. El curso duró 8 días y fue muy enriquecedor. Pero no fue hasta meses después cuando me decidí a probar. Lo tenía todo, cámara, trípode, mando a distancia y un frasco lleno de ilusión por descubrir. Debo reconocer que la primera vez que me hallaba delante y detrás de la cámara a la vez me sentí muy rara. No sabía cómo ponerme. Hasta que me di cuenta que era un ejercicio solitario donde los límites sólo estaban donde yo los quería poner...

 

Desde entonces todas las semanas dedico una tarde a disparar y a experimentar. El autorretrato es una experiencia emocional y provocadora, es uno de los desafíos más interesantes que ofrece la fotografía. Es el único campo que te permite estar delante y detrás de la cámara a la vez. Es un viaje al centro de ti misma. Es la suma de imagen y sentimiento, generados en la cabeza del espectador. Pero si a eso le añades la frase o cita adecuada a lo que quieres transmitir con la foto, entonces es cuando todo cobra sentido. Un sentido especial, capaz de provocar sensaciones a quien lo observa.

 

Carmina Gabarda

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